Yo siempre he pensado que México
tiene infinidad de lugares mágicos, que en una vida no terminarías de
recorrerlos. Son tantos y tan variados que hacen tan rico a nuestro país...
El día de hoy les contaré de uno
de los que me resultan más precioso... Y surrealista, un lugar donde la
arquitectura se vuelve una con la naturaleza. La obra más hermosa de Edward James,
uno de los excéntricos más interesantes de la corriente surrealista del siglo
XX.
James sentía una fascinación irracional por las orquídeas y en su búsqueda por coleccionarlas terminó en Xixitla, un pueblo enclavado en la Huasteca Potosina en donde encontró en venta un terreno que le pareció ideal para crear un jardín dedicado a estas bellas flores. El escritor británico fue cautivado por el esplendor del paisaje de "Las Pozas", creando un hogar fantástico que incluye un espacio escultórico único en su tipo a nivel mundial.
Este hombre le regaló a los
potosinos un lugar mágico único en sus formas, un Rivendel real. Columnas con
capiteles de flores gigantes, arcos góticos, puertas dramáticas, pabellones con
niveles indeterminados y escaleras de caracol que terminan bruscamente en el
aire, como una invitación al horizonte. En resumen, Edward James hizo una
expresión de concreto a lo largo de la exuberante flora y fauna de Xilitla, el
diseño de una posible arquitectura surrealista.
Una de sus más grandes
curiosidades es que James nunca estudió arquitectura, todas las construcciones
y sus dimensiones provenían de su imaginación, mismas que plasmaba en dibujos
que encargaba al carpintero José Aguilar, un campesino huasteco quien le hacía
los moldes para vaciar el concreto.
Al tratarse de una propiedad
privada nunca fue concebido para recibir grandes cantidades de visitantes, es
por eso que algunas de sus columnas o arcos sean tan frágiles. Tampoco fue un
lugar diseñado para ser habitado, tenía la única finalidad de ser un santuario
personal dedicado a la contemplación para visitarlo ocasionalmente. El jardín
incorpora diseños de muchas culturas, religiones y cultos, pero uno de los
elementos que más llaman la atención son los triángulos, ojos y columnas,
símbolos de la masonería.
Derivado de la naturaleza de la
edificación, esta misma está plagada de flora y de fauna, haciéndola una con su
entorno y, por ende, aún más bella. Qué tal? Suena como un lugar de ensueño,
no? Espero que les haya gustado esta breve reseña de un lugar mágico. Tengan
ustedes un excelente fin de semana y disfruten la vida, que para eso es!
Un mapache viajero.