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Escritos de aquí y de allá...



Qué onda, esos que me leen!

Hoy, como tenía mucho tiempo que no lo hacía, les traigo una reseña de un libro pequeñito pequeñito que me gustó mucho y el día de hoy lo recordé. Este libro lo leí por ahí de la secundaria, si mal no recuerdo.

Esta belleza de bolsillo tiene una narrativa en primera persona que hace que, de una forma u otra te involucres demás en su trama. todo inicia desde su niñez contando sus experiencias en la escuela donde no le va del todo bien, conoce a una persona que lo lleva por el mal camino y abandona la escuela. Nuestro personaje principal lleva por nombre Pedro Sarmiento, cuyo apodo es el que le da el nombre a este libro.



Relata que al llegar a la vida adulta, ya sin sus padres, inicia una vida de constantes cambios de oficio, trabajando para diferentes personas y llega incluso a cometer algunos actos indebidos por mera necesidad de supervivencia. Es una novela sin grandes pretensiones que cuanta una realidad a su modo. El Periquillo es, a fin de cuentas, un jovencito pecoso de entre 19 y 21 años, mordaz e incisivo, un pícaro que exhibe las trampas del médico y el abogado, del carpintero, el cura, el maestro y el disfuncional sistema de justicia de su tiempo.

La novela nos da a conocer las experiencias que realmente viven muchas personas en la vida cotidiana, donde cada quien llega a cometer actos inmorales con tal de ganar sin hacer el más mínimo esfuerzo. Se trata de una magnífica historia donde todos engañan y roban lo que pueden, una narración que da cuenta de una sociedad violentada y sin principios... Casi como en la época actual.

Como nota de relevancia, es de mencionar que esta novela es considerada la primera de América. Su autor, José Joaquín Fernández de Lizardi, conocido como el Pensador Mexicano escribió esta hermosa obra en un punto intermedio entre la Independencia y la caída del virreinato de la Nueva España, lo que le da un toque de historia al contexto de esta breve pero emocionante literatura.



Siempre he pensado que el amor a la lectura se da en los años mozos, cuando la mente y el corazón están abiertos a todas las posibilidades. Fue entonces cuando yo me inicié en la lectura con libros como este, Los de Abajo, la Muerte de Artemio Cruz, Aura... Un sin fin de novelas latinoamericana sin grandes aspiraciones pero ricas en historia y narrativa, libros que olían a humedad con páginas amarillentas se volvieron mi fascinación.  

Sin más, me despido esperando que esta breve publicación mueva algo en sus corazones y busquen en su memoria el libro aquel que los fascino al punto de no querer soltarlo hasta acabar con él. Hoy es un día especial para mí, y así debería de serlo para ustedes. Vivan bonito!



Por cierto, aquí les dejo la liga al PDF. Solo picale aquí.

Un mapache sarniento



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Reivindicando al Chavorruco

Qué onda, esos que me leen! Pues hoy es un buen día para tocar un tema que ya traía en la cabeza pero se había escondido entre la maraña de pendejadas que pienso a diario. Resulta que regreso gracias a un hecho acontecido el día domingo. Pues les cuento que estaba conviviendo felizmente con mis primos en el cumpleaños de una de mis sobrinas y mientras reíamos animadamente uno de mis sobrinos osó decirnos "ya bájenle a su desmadre, bola de chavorrucos". (Oh no, you didn't!) Pues sí, pasó que mis primos lo mandaron muy lejos y empezaron a cargarle pila como es costumbre en mi bonita familia, pero en mi cabeza siguió retumbando la palabra. " Los chavorrucos son esos individuos que se quedaron atorados en una época maravillosa de sus vidas… el tesoro de la juventud; etapa que por supuesto no quieren que termine ¡JAMÁS! " No, no me ofende la palabra. Hasta ahora solo me producía gracia pero de un tiempo para acá he estado analizando que