Ir al contenido principal

It's all about the money?


Es un tedio escuchar eso de "niña bien" o "pudiente" para todo. Lo usan en la oficina, entre cuates y hasta en la vida virtual. Al tratarme es de ley que salgan con un clásico "pensé que eras más mamona". Quien me conoce sabe que poco menos que nada me interesa el poder adquisitivo de las personas, a menos que hablemos de tener menos; en ese punto prefiero dar que ser indiferente.
Debo de decir, esta situación no viene de la nada. Les diré, mis padres tienen una economía desahogada y eso me dio acceso a un nivel de vida cómodo. Por otra parte mi forma de ver la vida la obtuve en una época complicada, de esos momentos en los que te das cuenta de la diferencia entre el valor y el costo.
Cuando era pequeña vivíamos en Morelos, donde mi papá tenía un cargo bastante importante en Gobierno. Sucede que dentro de los giros de la vida, de un día para otro, mi papá se quedo sin el cargo y sin forma de sostener a la familia. Tuvimos que dejar la casita bonita y todo con lo que contábamos para venir al Edomex, donde mi padre tiempo atrás había adquiridoun pequeño departamento en un fraccionamiento modesto. En retrospectiva puedo asegurar que tuve una infancia hermosa y envidiable, sin embargo, de momento, fue traumatizante. Primero que nada llegamos en época de lluvia, ¡después de vivir en la ciudad de la eterna primavera! Ya no poder andar en shorts, no tener un cuarto propio, dejar a mis amigos atrás... un muy largo etcétera, pues.
Desde aquella época descubrí la gran fortaleza que tiene mi mamá, así como siempre he dicho que mi papá es mi corazón, mi madre es mi fuerza. En tanto mi papá encontraba un trabajo que nos diera sustento, mi mamá sacó adelante la economía familiar con su trabajo, ayudada por mi abuela que siempre nos hizo pie de casa y hacía milagros en la cocina para que jamás notáramos las carencias. Recuerdo que mi mamá, que adora sus joyas, se deshizo de todas sin siquiera chistar. "los bienes son para los males", su frase. Algo que nunca dejaron de lado fue nuestra educación; desde que llegamos mis papás ya habían localizado una muy buena escuela donde fuimos instruidos hasta la secundaria.


En esta parte es donde mi carácter me ayudo, y mucho. En esa escuela con un excelente nivel académico todos mis compañeritos tenían una economía bastante desahogada. Por mucho. A más de esto, en su mayoría, eran arrogantes y pretenciosos. Desde ese momento decidí que su situación económica y la mía no tenían nada que ver con el desempeño y lo deje muy claro desde un inicio; valga la pena decir, hice grandes amigos que hasta la fecha conservo.
En contraposición estaban los chicos del fraccionamiento, en su mayoría familias modestas que vivían al día. Esos chicos se volvieron una parte extensiva de la familia, con los que creamos lazos tan fuertes como los de sangre. Esa vida me dio la perspectiva que necesitaba: quien más da, no siempre es quien más tiene. 
Valga decir que con el tiempo mi papá logró colocarse de nueva cuenta en un buen puesto, aunque tuvo sus tropiezos y la vida no fue fácil. Todo eso solo me enseñó que el dinero y los bienes materiales no te definen. Te definen tus objetivos, tus metas, tus ambiciones, tus ganas de vivir y salir adelante... Pero nunca tu dinero.

Un mapache cualquiera



Entradas más populares de este blog

Reivindicando al Chavorruco

Qué onda, esos que me leen! Pues hoy es un buen día para tocar un tema que ya traía en la cabeza pero se había escondido entre la maraña de pendejadas que pienso a diario. Resulta que regreso gracias a un hecho acontecido el día domingo. Pues les cuento que estaba conviviendo felizmente con mis primos en el cumpleaños de una de mis sobrinas y mientras reíamos animadamente uno de mis sobrinos osó decirnos "ya bájenle a su desmadre, bola de chavorrucos". (Oh no, you didn't!) Pues sí, pasó que mis primos lo mandaron muy lejos y empezaron a cargarle pila como es costumbre en mi bonita familia, pero en mi cabeza siguió retumbando la palabra. " Los chavorrucos son esos individuos que se quedaron atorados en una época maravillosa de sus vidas… el tesoro de la juventud; etapa que por supuesto no quieren que termine ¡JAMÁS! " No, no me ofende la palabra. Hasta ahora solo me producía gracia pero de un tiempo para acá he estado analizando que