Hoy hace un año de una gran desgracia, seguida de una muestra de solidaridad. Fue un suceso que marcó las vidas de muchos y acabó con las de otros tantos.
Pasa que a pesar del tiempo transcurrido, muchos no podemos ver los vídeos de aquel acontecimiento sin sentir ansiedad, angustia, desesperación. Estrés post traumático, le dicen. A mí parecer es la consciencia de haber vivido en carne propia los alcances de la fuerza de la naturaleza. Quien no tuvo que caminar entre escombros y ve a su paso a la gente con la misma cara, desencajada, no podría entender esta situación.
Muchos perdieron familiares, amigos, compañeros de trabajo en cuestión de segundos; otros tantos perdieron sus casas y efectos personales. Todos perdimos la tranquilidad.