Que
onda, esos que me leen!
Pues
se nos vino una semana más y el tan esperado lunes coincide con la celebración
del niño. La propuesta de esta conmemoración surgió a finales de 1959, cuando
la Asamblea General de la ONU tuvo una reunión en Ginebra, Suiza, en la que
decidió reafirmar los derechos de los niños universalmente.
Desde
entonces y aunque la celebración mundial es el 20 de noviembre, cada país ha
elegido un día especial para celebrar y organizar actividades, con el fin de
ayudar a desarrollar el bienestar de los pequeños en todo el planeta.
En
México el 30 de abril en 1924, se señaló día del niño siendo
presidente de la República el general Álvaro Obregón y Ministro de Educación
Pública el licenciado José Vasconcelos.
A
pesar de que el origen de esta celebración tuvo lugar derivado del uso de los
infantes durante la guerra, hoy en día en las escuelas procuran realizar
actividades de entretenimiento para los chamacos e igualmente en casa se les
festeja, recordándoles que lo más importante en este momento de su vida es
disfrutar.
Y
es que, en realidad no hay momento más bello y puro en la vida de un ser humano
que en la dulce infancia, cuando todo era nuevo y cualquier cosa te entretenía.
Esa etapa tan hermosa, cuando llegabas corriendo de la escuela a terminar
pronto tu tarea para poder salir con tus amigos a jugar resorte, escondidillas,
atrapadas o cualquier cosa que se les ocurriera.
Si
bien es cierto que los tiempos han cambiado y en la actualidad es más
complicado permitir que los niños realicen actividades externas sin
supervisión, no hay que dejar de lado que es muy importante buscar hacer esos
espacios en la vida para compartir con ellos como fue nuestra infancia, llena
de juegos y corretizas, cuerdas y equipos de futbol.
Si
eres padre ya, no dejes de compartir este día con tu pequeño y recuérdale lo
importante que es para ti. Por otra parte, si aún no estás en ese momento de la
vida, no olvides seguir alimentando a tu niño interior y cuando menos el día de
hoy, déjalo ser. No tomes la vida tan en serio y aprende a disfrutar. Vuelve a
encontrar la magia que tenía todo lo nuevo cuando eras niño. Recupera tu
capacidad de asombro y mira el mundo con los ojos con los que lo veías cuando
tenías ocho años. Simplemente, vive bonito.
Bueno
gente, por hoy es todo. Espero que su semana sea buena y nos seguimos leyendo
por aquí.
Un mapache bebé